sábado, 25 de diciembre de 2010

Pare


Le he insistido para que tire todas esas cosas viejas que se empeña en guardar y en recoger de la calle (no sé con qué derecho le hago esta exigencia puesto que yo hago exactamente lo mismo). Hoy he entendido que no es tan fácil deshacerse de toda esta basura, no es sólo basura. Me ha dicho que todas estas pequeñas cosas son su compañía, me ha dicho que todos los días se levanta y comienza a buscar entre todas ellas algo especial que le ocupe sus días de soledad. Me ha confirmado que si tuviera todo completamente limpio, vacío, no sabría qué hacer con tanto silencio y soledad. El padre está sólo y lo único que puedo ofrecerle es la promesa de que nunca volveré  a insistirle para que tire las cosas viejas que día tras otro repara y desbarata para quemar sus días. Tampoco yo estoy dispuesto a ocupar el lugar de ellas.

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